Son muchas las oportunidades que bajo la inercia del ‘nearshoring’ nuestro país podría aprovechar, creando un clima favorable a la inversión y la innovación.

Si alguna publicación es esperada en el mundo como mapa preciso de la situación y las tendencias en innovación, no existe duda de que es el Índice Mundial de Innovación que periódicamente difunde la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y que se dio a conocer en su versión 2024 el pasado 26 de septiembre.

Entre los aspectos más relevantes a destacar, se menciona que, tras un auge entre 2020 y 2022, las publicaciones científicas, el capital de riesgo y las solicitudes internacionales de patentes experimentaron un retroceso en 2023 y el gasto en investigación y desarrollo (I+D) se ralentizó. Sobre este particular, el reporte señala que, como consecuencia, el valor de las inversiones de capital riesgo ha ido cayendo bruscamente desde los niveles excepcionalmente altos de 2021, con una baja del 36 por ciento en 2022, seguida de otra del 39 por ciento en 2023.

Una cifra particularmente preocupante es la que revela que las solicitudes internacionales de patentes registraron un descenso del 1.8 por ciento en 2023, el primero desde 2009. Evidente que esta reducción se explica por las que han sufrido los números en capital de riesgo e inversión en I+D, bajo la óptica de que las solicitudes de patente están ligadas a estas tendencias. El estudio muestra, en I+D, una importante contracción del 3 por ciento el año pasado.

Por lo que hace a campos tecnológicos, se sigue avanzando de manera notable en los relacionados con salud y potencia informática, así como en la adopción de tecnología 5G, robótica y vehículos eléctricos –donde el parque mundial aumentó un 54 por ciento–. En contraste, el avance de las tecnologías verdes en el último año ha sido más lento que la media del decenio, lo que pone de manifiesto la dificultad para reducir el consumo energético de los superordenadores y mantener el descenso de los precios de las baterías eléctricas. Como sabemos, el concepto de ‘patentes verdes’ engloba aquellas soluciones jurídicamente protegibles que son impulsadas para beneficio del medio ambiente. Nuestro país, por cierto, cuenta con factores que lo ubican con un enorme potencial para crear este tipo de tecnologías de manera acelerada.

Por lo que hace a la posición que nuestro país ocupa en el listado general del Índice Mundial de Innovación, este año se mejoran dos posiciones para llegar al puesto 56. Lamentablemente, en el contexto general de tendencias a la baja, la aparente mejoría de nuestro país se relativiza, considerando que nuestros números siguen mostrando una larga “pausa” del crecimiento en innovación. Como referencia regional, Brasil ocupa la posición 50 y Chile la 51. En los puestos de arriba, Suiza encabeza el listado, seguido de Suecia, Estados Unidos, Singapur y Reino Unido. En otro indicador, es importante destacar que China, Turquía, India, Vietnam y Filipinas son los que mayor crecimiento innovador han mostrado en la última década.

Son muchas las oportunidades que bajo la inercia del nearshoring nuestro país podría aprovechar, creando un clima favorable a la inversión y la innovación. Esperemos que, tanto el nuevo gobierno, como el sector empresarial, entiendan el desafío que tenemos enfrente y encuentren en la ciencia y la tecnología al aliado que hemos olvidado.

Dr. Mauricio Jalife Daher

Octubre 2, 2024