La celebración del día de la Propiedad Intelectual este 26 de abril es relevante, tanto en lo doméstico como en lo internacional.
La celebración del día de la Propiedad Intelectual este 26 de abril es relevante, tanto en lo doméstico como en lo internacional. Muchos de los retos encontraron su inicio en el último ciclo, pero proyectan su desarrollo hacia el futuro.
En su dimensión mundial, de los asuntos que dominan la agenda el principal sigue siendo el del control del comercio internacional de bienes falsificados, que hoy manifiesta el componente adicional del crecimiento explosivo de las plataformas de comercio electrónico. Sin retomar esfuerzos globales de combate a estas prácticas, que se materialicen en tratados multilaterales, el fenómeno amenaza con hacer crecer los mercados ilegales en forma descontrolada. Es esta una prueba mayúscula de la eficacia de foros como OMPI y OMC, que hoy se mueven en un mundo con menos campo para la diplomacia y más margen para el error.
Otro de los retos que a nivel mundial se expresa con mayor apremio, es el de las respuestas que desde la cúpula de los tomadores de decisiones deberá gestarse en torno a los desafíos que la inteligencia artificial, los NFT´s y el metaverso plantean a las bases del sistema. El cambio que anuncian es, de tal envergadura, que todos los cimientos de la Propiedad Intelectual deberán ser revisados y mejorados. En el otro extremo de la cadena, la protección del conocimiento y las expresiones culturales tradicionales deberán, ya, bajar de lo académico a lo material de las legislaciones internas. Son ya tres décadas de discusiones que han conformado los conceptos, que requieren reflejarse en leyes y resoluciones judiciales que les doten de eficacia.
Finalmente, dos temas de coyuntura requerirán atención y finiquito. El primero, pasa por la necesaria solución que deberá encontrarse a la determinación del gobierno ruso de suspender los derechos de titulares extranjeros en su territorio, que por donde se mire es una medida expropiatoria que se deberá desterrar del sistema internacional. Desde cualquier perspectiva, es esta la primera experiencia en que los derechos de patentes y de autor son rehenes de guerra. La otra preocupación pasa por el necesario corte de caja que deberá hacerse del tema de las vacunas covid que, por su pésimo manejo mediático, otorga el papel de villano al sistema de patentes. Es necesario en este punto explicar que, sin el respaldo de la tecnología residente en el sistema, y sin la retribución que las patentes otorgan a sus titulares, difícilmente el mundo tendría vacunas a estas alturas de la pandemia.
En el ámbito nacional tenemos temas propios de la mayor trascendencia. El más relevante es el de la implementación de algunas de las novedades de la nueva ley de propiedad industrial y la publicación de su reglamento. En la parte autoral, verificar el funcionamiento y alcance del nuevo registro en línea. En el mismo tenor, iniciar el muy complejo aterrizaje de la ley de protección del patrimonio cultural de pueblos indígenas, que tiene un largo trayecto por delante para dotar de vida a sus pretenciosas disposiciones. Finalmente, queda como gran pendiente la generación de un programa que rescate de la indiferencia a la postergada lucha contra la piratería.
Por último, el deseo es lograr trasladar a empresarios, académicos y funcionarios, el sentido de urgencia que debería tener el uso del sistema de propiedad intelectual como resorte de crecimiento y desarrollo sostenible en el país, imitando las contundentes experiencias que otras economías han cursado en diversas formas y momentos. Lograr reconocer, de una vez por todas, el insustituible aporte de valor que la creatividad y la innovación realizan en todos los campos, y la necesidad de perfeccionar el sistema existente para su protección y recompensa.
Dr. Mauricio Jalife Daher
abril 27, 2022 | 0:38 am hrs