La Asociación Mexicana de Franquicias enfrentará el proceso de elecciones que permitirá renovar su consejo directivo, con dos propuestas claramente diferenciadas en su origen y objetivos.
Como sucede a múltiples organismos gremiales y empresariales a lo largo de su existencia, hay momentos en los que es necesario tomar decisiones que los llevan a giros relevantes en su curso de acción, o bien, a mantenerse bajo los mismos parámetros que le han dado vida. Este es el caso de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), que en pocas semanas enfrentará el proceso de elecciones que permitirá renovar su consejo directivo, con dos propuestas claramente diferenciadas en su origen y objetivos.
No se trata de un tema menor. Las franquicias, desde hace dos décadas, se han convertido en uno de los principales vehículos de expansión empresarial en nuestro país, representando la puerta de entrada para emprendedores de diversos calibres al mundo de los negocios. A gran escala, las redes de franquicia de las grandes marcas siguen año con año creciendo y generando miles de empleos, aún en tiempos de crisis.
Si nos remontamos a los orígenes de las franquicias en nuestro país, recordaremos las épocas de mayores dificultades para esta clase de modelos de negocio, que tuvieron que sortear serias amenazas de frenar el crecimiento en etapas incipientes, desde aventuras fallidas que mermaron su credibilidad hasta restrictivos proyectos de ley que habrían gravitado sobre su expansión. En aquellos momentos, el surgimiento y presencia de un organismo como la Asociación Mexicana de Franquicias fue un faro que guió a múltiples empresas por el camino del franquiciamiento, cumpliendo con tareas vitales de capacitación, difusión, profesionalización y cohesión del sector. La AMF ha sido siempre, además, el intermediario legítimo para la comunicación con los diversos órganos de gobierno.
Lamentablemente, como suele suceder en todas las organizaciones, la repetición de la misma fórmula, sin atender a los cambios del entorno, deja de tener la eficacia inicial. En este momento las franquicias enfrentan definiciones trascendentales hacia el futuro, que pueden llevarlas al siguiente escalón en nuestro país, y seguir entregando la promesa de independencia financiera y laboral para miles de personas que atesoran el sueño del emprendimiento.
Entre los grandes pendientes que el sector debe atender se encuentra el impuso de la mediación como mecanismo de solución de conflictos, la mayor conectividad de esta industria con el extranjero, la mitigación de riesgos fiscales y laborales que algunas reformas han traspolado a este modelo, la mejora de la regulación y la apertura de opciones para la profesionalización de los franquiciatarios y consultores, entre muchas otras.
Las propuestas de renovación en la AMF recaen en dos personalidades. Por una parte, en José Antonio Amutio, de la firma de moda casual Tucané, que representa la continuidad de las ya conocidas líneas de acción, y por el otro Mario Briceño, director de Benedetti´s Pizza, que es uno de los más exitosos franquiciantes en el país, quien está comprometido con la promoción de las mejores causas para la transformación de este fundamental pilar de la vida empresarial en nuestro país.
Lo más importante en estos ejercicios democráticos en los organismos empresariales es que se mantengan las sanas prácticas y no se mire el disenso como división, sino como la sana competencia que alimenta la vida y la evolución de las corporaciones. Que nadie se perciba como el dueño de la silla, porque nadie merecerá más dirigir la AMF que aquél que tenga el apoyo de sus pares, sin presiones y sin cortapisas.